Como todos los años desde hace dos décadas, los adoradores del "heavy" han invadido ya las calles, praderas, cafeterías y supermercados de esa población para un festival que es ejemplo de convivencia armónica entre los ruidosos visitantes y sus tranquilos habitantes.
El lema de este año es "20 Years Louder Than Hell" (20 años más ruidosos que el infierno) y los invitados más esperados, del total de 80 bandas que actuarán hasta el domingo, son Motörhead, Doro, Saxon y Antrax.
El festival de Wacken nació por iniciativa de dos fanáticos del "heavy", Holger Hübner y Thomas Jensen, bajista de la banda rockera Skyline.
Desde entonces, el festival fue creciendo y arraigó entre aficionados de todo el mundo, hasta convertir Wacken en la meca del "heavy".
Los primeros centenares de asistentes empezaron a llegar hoy, vestidos de riguroso negro y mostrando la imagen más metálica posible.
A modo de preludio de la gran fiesta se celebró sobre el escenario principal la boda entre una pareja de rockeros de la región, Marina y Frank Noak, oficiada por el pastor protestante Lars Därman y tras un altar tan de negro como el resto del decorado.
Hasta ahora, según la Policía, los únicos incidentes destacables fueron algunas denuncias por robo de carteras y casos similares.
Como ya es costumbre, la población local sacó a la calle sus mesas de picnic, sus termos de café y sus tartas para asistir al desfile de los "heavy".
En toda la población no hay un solo hotel, de manera que los visitantes pernoctan en sus tiendas de campaña o caravanas, repartidos por las 200 hectáreas de pradera de la población.
A los conciertos de las bandas del "heavy" se unirán, también de acuerdo a la tradición, los combates y achuchones entre el barro, según el modelo copiado del festival de Woodstock.
También se prevé alternar el rock duro con un par de desfiles y actuaciones de la banda de viento del cuerpo de bomberos local, otra de las costumbres acuñadas en Wacken.